Estamos en ese momento del año en el que las vides empiezan a despertar.  Con la subida de las temperaturas, las hormonas contenidas en las raíces de la planta empiezan a activarse y la cepa comienza a salir de su letargo.

El lloro, en el caso de la vid, es un fenómeno hermoso y de alegría, podríamos decir, ya que indica que la vid se renueva por dentro. La sabia asciende y recorre los sarmientos, fluyendo por los cortes de la poda en forma de lágrima y este cesa al recubrirse estos cortes con sustancias producidas por las bacterias que viven sobre el derrame y sales disueltas que obturan los vasos leñosos.

Cuando la planta despierte por completo, comenzará a crecer gracias a las reservas acumuladas y llegarán los brotes.