Estudios demuestran que además del sentido del gusto, el del oído también influye a la hora de catar vinos. Cuando bebemos vino con música ambiente, su poder evocador hace que encontremos características en su sabor que son acordes con la naturaleza de la música que estamos escuchando.

Es más, a medida que recuerdas canciones, pasan flashes por la cabeza de recuerdos o personas,  así que no cabe duda que existe una relación entre vino y música y una innegable armonía entre ambos.

Por eso es tan importante el fondo que tengamos alrededor a la hora de catar un vino, bien sea en un restaurante, en casa o en una sala de catas… las sensaciones que nos produzca nuestro entorno en ese momento completarán la información que no obtengamos con el gusto.

El vino te hace revivir momentos especiales y las notas de la música te traen sensaciones; ambos en unión te harán disfrutar aún más de ese momento y por eso se convierten en tan buen maridaje.